Historia
En cada pueblo de Costa Rica existieron personas que con su fe e iniciativa motivaron la construcción de templos donde se viviera la fe y fuera centro de la vida de sus habitantes. En Santa Ana ese personaje fue don Ezequiel de Jesús Morales, quien en 1980 sintió la necesidad del pueblo de Santa Ana de levantar un templo y cultivar la práctica religiosa.
También don Matías Robles jugó un papel muy importante, pues fue él quien regaló la tierra donde construirlo. Don Ramón Pérez diseñó y dirigió la construcción a partir del 19 de marzo de 1870 y se finalizó en 1880. El 13 de diciembre de ese mismo año, por decreto de Monseñor Bernardo Augusto Thiel, Santa Ana es elevada al rango de Parroquia.
Legado de los Sacerdotes.
Desde entonces muchos sacerdotes han pasado por esta comunidad, acá les presentamos el legado de los pioneros.
En 1913 don Jorge Volio tuvo a su cargo la Parroquia y la adornó con finos ornamentos de Suiza. El padre Manuel Zavaleta le sigue y agregó el presbiterio y el coro, adquirió la imagen de San Isidro Labrador y construyó la gruta a la Virgen de Lourdes. El cura Miguel Ángel Benavides continuó la labor reparando el templo agrietado por los temblores de 1924. En 1950 el Presbítero Wilfredo Blanco, cambia el diseño de las torres y coloca otras que cambiaron el diseño original. En 1957 llegó a Santa Ana el Padre Chanito muy apreciado en el pueblo. Importó de Italia unas puertas de cedro que realzaron su elegancia.
Al entrar al Templo de Santa Ana se evoca un ambiente de historia, de elegancia. miles de feligreses visitan este Templo para encontrarse en él con aquel que le da plenitud a todo: Nuestro amigo Jesús.